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Turo (integral #1)

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No es la primera vez que recalco la doble satisfacción de encontrar un buen tebeo de fantasía concebido por dibujantes nacionales cuyo trabajo encuentra respaldo y buena acogida fuera de nuestro país. No por unirme a los que vociferan la tan de moda ahora "marca España" (que si hay algo que la define de verdad es justo el talento creativo de muchos 'españoles por el mundo'—por supuesto, autores de cómic incluidos—, en vez de otras memeces que se pretende resaltar con ella), sino porque realmente te deja con buen cuerpo comprobar que, a fuerza de voluntad y constancia, aquí se pueden hacer las cosas tan bien como en cualquier parte y lograr que se fijen en ellas. A pesar de que para encontrar ese reconocimiento algunos tengan tristemente que ir a buscarlo fuera...

Mateo Guerrero es uno de esos autores que ya hace años decidió hacer las maletas y probar suerte en otros puertos, poniendo sus lápices al servicio de las editoriales que apostaran a su favor. Y, salvo por la exigencia de ese autoexilio, no se puede decir que le haya ido mal. A uno, como perro viejo que empiezo a ser en esto de la fantasía, no se le ha escapado la trayectoria de este dibujante gaditano de 37 años especializado en el género. Su último trabajo, Turo, es representativo tanto de la gran evolución de su carrera profesional como de las mejores cualidades del cómic de aventuras más auténtico.

El año pasado (sí, he tardado demasiado en subirle reseña) Turo se plantó por fin en nuestras librerías después de hacerlo previamente en las de Francia, donde está siendo publicado en tomos independientes por Le Lombard. Y lo hizo bajo el mismo formato integral, agrupando los dos primeros álbumes, con el que Norma lanzaba anteriormente Beast; su serie en tres números —ya concluida— a caballo entre el fantástico y la ciencia ficción, de la que os hablé hace un tiempo. Curiosamente la editorial con la que debutaba colaborando en la revista Otaku, siendo todavía un chaval que hacía sus pinitos en el oficio, es la que al menos sigue haciéndonos llegar sus cómics; eso hay que reconocérselo a los de Norma.


El único paso que le faltaba por dar al dibujante era el de mudar hacia autor completo y aplicarse en el argumento de sus cómics, sobre todo después de que el templado resultado de Beast debido a un guión irregular refrenara la buena valoración gráfica de su aportación a dicha obra. Gracias a Turo, nombre del muchachito de pelo blanco y fuerza extraordinaria que bautiza la serie, Guerrero ha podido dar rienda suelta a esta nueva faceta de su profesión. Y, sabedor de las ventajas que otorga la experiencia, lo hace adentrándose en un terreno sobre el que se ve capaz de pisar fuerte, la fantasía, y un mercado para el que ya ha demostrado sus aptitudes, el de la BD europea.


La pequeña aldea en las profundidades del bosque de Ivir, su hogar desde siempre, se le queda cada vez más pequeña al joven Turo, excelente cazador dotado de una agilidad y energía insólitas. Turo no desea abandonar a su padre, pero nunca ha visto las grandes ciudades y anhela recorrer mundo y capturar dragones. Por eso cuando su camino se tropieza con el de Bezay, elfa cazarrecompensas que dirige una pequeña partida de guerreros en busca de una reliquia oculta en las inmediaciones, atisba la ocasión de ver cumplidos sus sueños. Bezay, que adivina en el lozano e impetuoso chico alguna clase de habilidad especial, no duda en animarle a que le haga compañía en el camino de vuelta para hacer entrega en la gran Ystalis de aquello que ha venido a buscar hasta el bosque: el cráneo de un hechicero perteneciente a una antiquísima civilización desaparecida.

Con este acto, y apenas puesto un pie en la ciudad, Turo y Bezay se ven envueltos en una conspiración de proporciones celestiales que hace peligrar los cimientos de la paz obtenida a sangre y fuego tras las cruentas batallas del pasado, y en la que se hallan implicados oscuros agentes de Ur, dios de las tinieblas, pero para la que también hallarán inestimables aliados, como el viejo capitán Maldonado, la novicia Lea, de las hermanas del sagrado templo de Helos, o el espadachín Richard entre otros.


El cráneo del rey-brujo y El corazón de Helos son las dos primeras partes de esta epopeya que contiene la edición en español de Turo. Lo que más me ha gustado de este cómic, además de la parte gráfica, que confirma una vez más a Mateo Guerrero como un dibujante extraordinario, es que la sencillez de su trama lo convierte en una historieta de lo más entretenida y que se lee con muchas ganas. Claro que también ésta, su principal ventaja, se vuelve una de sus mayores carencias: no aporta nada nuevo a un género en el que abundan este tipo de aventuras y donde hoy día es muy difícil ser original.

El punto fuerte de la historia se basa en sus personajes, sobre los que recae el peso de un ritmo dinámico y lleno de movimiento dentro de la trama, merced a un argumento que no se complica con enredos difíciles de encajar, es decir, evitando los problemas con los que sí tropezaba Beast. Turo es un protagonista hacia el que no cuesta nada apegarse: se hace simpático al lector por su humor ingenuo y ese ímpetu de niño hiperactivo. Lo único que se le puede achacar a la definición del personaje es su previsible relación con Lea y los orígenes de ambos. El otrora glorioso capitán Maldonado (con ese nombre tan castizo), malogrado por el alcohol y la falta de entrenamiento con la espada, es otro de los personajes más resultones. Y luego hay un buen puñado de monstruos, como ogros colosales, wyrms o hechiceros deformes, que aportan al conjunto la intriga deseada.


El dibujo de Mateo es un disfrute a cada página, y aunque cada vez se acerque más a los estándares europeos, conserva ese inconfundible toque anime que lo hace tan suyo (la caracterización del mismo Turo me da un cierto puntito Saint Seiya). Su crecimiento como autor es notable, pero la verdad es que a mí siempre me ha parecido un dibujante magnífico ya desde sus comienzos, con Crónicas de Mesene, a la que ha ido siguiendo una bibliografía de perfil fantástico (Warlands, Dragonseed, Beast) con la que gráficamente siempre ha estado a la altura. El color para Turo lo aporta Javi Montes, que remata las viñetas con intensas tonalidades que le van como anillo al dedo.

Portada y contraportada de la edición en formato reducido de Norma

El integral de Norma, ligeramente reducido de tamaño respecto de la edición original, luce con todo un aspecto bastante bonito, e incluye las portadas de cada álbum, así como 8 páginas de extras con bocetos y comentarios del autor. Hace varios meses que salió en Francia el 4º volumen de la serie (Allí donde duermen los dragones, lleva por título), de modo que no debería tardar mucho en llegar aquí un segundo tomo integral.


Fantasía heroica a gusto del consumidor con este cómic que, a pesar de adentrarse en un campo muy trillado, sitúa también a Mateo Guerrero como un correcto narrador de historias. Si la impresión inicial puede sugerir un enfoque juvenil (no en vano, el mismo autor afirma «pretendía hacer una serie que pudiese gustar a chavales jóvenes; algo del tipo: me hubiese gustado leerme este tebeo cuando tenía 12 años») lo cierto es que se trata de una aventura divertida y desenfadada apta para todos los públicos en la que encontraréis acción, humor y épica a partes iguales. ¡A esperar la continuación!

Actualizado: Norma Editorial acaba de anunciar, entre sus novedades para el próximo Salón del Manga, la salida del segundo tomo integral de Turo, el 31/10/13.

Calificación:

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